Uno de los problemas más habituales que me encuentro en consulta es la impaciencia. Tener una buena alimentación consiste en construir un hábito, y, ¿es sencillo adquirir un hábito? bueno, realmente no, y por ello debemos empezar definiendo qué es un hábito.
Un hábito es una conducta que se ha repetido lo suficiente como para acabar convirtiéndose en una acción automática. Por tanto, de aquí sacamos que para crear un nuevo hábito necesitamos PACIENCIA, y sobre todo, CONSTANCIA. Y de eso vengo a hablar hoy.
Ser constante requiere tener una voluntad continuada para llegar a un fin o a alcanzar un objetivo, eso requiere tiempo y buscar una motivación en el proceso, no solo en el resultado para no acabar frustrándonos.
Para ello te dejo el esqueleto de construcción de un hábito, para que puedas ir haciendo cambios de conducta a mejor:
1- Hacerlo obvio
2- Hacerlo atractivo
3- Hacerlo sencillo
4- Hacerlo satisfactorio
Te doy un ejemplo aplicado a mi campo, la nutrición. Si quieres bajar de peso, no empieces por una dieta restrictiva a corto plazo, que no te motive y que no cambie tu mentalidad. Comienza por cambiar la manera en la que comes, un pequeño cambio de cuidar los alimentos que eliges, comenzar a leer el etiquetado nutricional y quitar el azúcar y los ultraprocesados de tu vida, haz recetas sencillas pero apetecibles a la vez, y disfruta del proceso de cambio, no pienses únicamente en la operación bikini, piensa en cuidarte y verte mejor. Poco a poco cuando ya consigas esta nueva base, todos los demás objetivos te resultarán más sencillos. Aun así nunca debemos de olvidarnos de ser constante.